La belleza perdida por la perversión del hombre.

Desde que tengo memoria, sé lo atractivo que termina siendo la perversión y lo prohibido, como individuo soy pecadora por curiosidad, mis limites inician en mis valores y terminan en mis fronteras. Tal vez por ende entiendo la doble moral de aquellas personas que criticamos duramente la pornografía, pero somos fieles defensores de lo erótico, la sensualidad y el placer.

La pornografía y lo sensual a veces se toman como análogos, como hermanos gemelos que no se debe separar en ningún ámbito. Hablando específicamente de su gran aspecto cinematográfico, la pornografía se caracteriza fuertemente por su enfoque explícito y gráfico de actos sexuales, con el objetivo principal de excitar y provocar una respuesta sexual en el espectador sin la necesidad de generar una trama narrativa compleja o desarrollo de personajes, centrándose en escenas de actividad sexual sin rodeos ni sutilezas. En el cine erótico hay una malla de sensuración hacía la sexualidad directa, se aborda este tema de una manera donde se aspira lo artístico, aunque también puede tener desnudez y sexo, no se deja llevar por lo burdo si no que roza más la estética ayudándose por una trama narrativa más elaborada, personajes desarrollados y cinematografía cuidadosamente diseñada para crear una atmósfera de seducción y misterio. Este cine erótico y el ámbito pornográfico desde que se tiene uso de razón de esta interactúa con factores determinantes en su comportamiento como el cambio en las normas sociales, los avances tecnológicos y la creciente demanda por el público.

En lo personal no soy consumidora de pornografía, siempre me incomodo el hecho de observar a dos personas teniendo relaciones sexuales, en especial, en el ámbito y con los aires que lo hace la pornografía ya que frivoliza el sexo, lo vuelve algo netamente carnal, cosifica a las mujeres y las vuelve objetos sexuales de hombres quienes se glorifican e interponen un estereotipo de el “verdadero hombre en la cama”.

Cuánto estaba en mi grado sexto de bachillerato, tuve mi primer acercamiento con este mundo por muchachos de mi salón quienes estaban tan obsesionados con la pornografía que lo veían libremente en clase. Se los veía en grupos de 2-3 en una esquina viendo porno, criticando el acto y entre ellos mismos por no ser como el personaje principal: el hombre que estuviera en la escena sexual. Mientras iba subiendo de curso, la desnudez femenina era menos Tabo, las niñas del colegio empezaban a creerse su papel en la sociedad como en el porno y en nuestra inmadurez adolescente, muchas de ellas terminaban aceptando generar producción ellas solas. En un Colegio como el que estudie, de bajos recursos, se podía ver fácilmente el daño que genera el porno desde adolescentes de 12 años quienes no se despegan de su celular gracias al morbo y la perversión que generan y en niñas quienes tratando llamar la atención del sexo opuesto, se graban glorificando las actrices porno, tratando de ser una de ellas y luego saliéndose de sus estudios por el Bullying que recibían, por embarazos indeseados, por ser novio de un señor mayor que conocieron o por dedicarse al mundo pornográfico por medio de páginas como Onlyfans o WebCam.

Gracias a que crecí en un ambiente donde la mujer no era gran cosa si no un objeto sexual, el amor se basaba en mandarse fotos morbosas por el celular y los niños ya no tenían interés en nada que no fuera carnal. Mi opinión sobre el Porno es decadente y mi preocupación más grande es que se pueden llegar a generar complejos grandes donde se logre generar una posible deficiencia sexual por parte de los adolescentes gracias a la expectativa que tienen o porque simplemente la penetración vaginal no es suficiente para ellos y quieren llegar más allá rozando el masoquismo o sadomasoquismo (o cosas más frívolas y peores).

Desde que la pornografía se volvió de libre acceso donde anteriormente tocaba comprar una revista PlayBoy, me parece urgente un método educativo para abordar el tema ya que se debe de dejar está idea de que la pornografía es un entretenimiento inofensivo. Entiendo la situación actual de mi país donde aún rogamos por educación sexual, pero creo que en la actualidad brindar información no es un problema, ¡el problema es saber qué información en certera! Pero siendo realistas, la mayoría de Las jóvenes en la actualidad utilizan redes y con esta se llenan la cabeza de información basura y otra funcional. La educación pornográfica puede empezar desde este punto.

En términos de regulación, existen diversas normativas a nivel mundial y nacional que buscar abordar la pornografía y proteger a los individuos, especialmente a los menores de edad de la exposición no deseada o de situaciones de explotación, pero la utilidad de estas normativas se puede ejemplificar en mi experiencia personal, dejando mucho que desear.

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